Antecedentes
Desde 2015 una guerra divide Yemen en dos, sobre todo por intereses económicos y religiosos. En el sur y el este, el gobierno recibe apoyo de Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos, mientras que el noroeste del país está controlado por los rebeldes.
Del lado noroeste, precisamente donde controlan “los rebeldes” vive el 60% de la población, 21 millones de habitantes. La ciudad de Sanaa es la capital de este grupo y todos los Marzos desde el 2015 hacen una celebración por el comienzo del conflicto, la religión predominante es el islam (chiita). La historia de Sanaa data de hace 3 mil años, pero desde los primeros ataques aéreos saudíes, la ciudad participa en la lista de la UNESCO de patrimonio de la humanidad en peligro.
Desarrollo
Uno de los sucesos que iniciaron esta guerra fue un ataque aéreo que en 2016 dejó 193 muertos, entre ellos 30 niños y 25 familiares del vice primer ministro Jalal al-Roweichan. Alrededor de 820 personas resultaron heridas; los hechos ocurrieron en un funeral que se había publicado en Facebook con antelación para que las personas pudieran asistir, los saudíes se enteraron por este medio y propiciaron el ataque.
Del 2015 al 2022, 9,000 civiles han muerto gracias a estos ataques aéreos por parte de Arabia Saudita y al momento no ha habido algún juicio por crímenes de guerra. Desde 2008 por un acuerdo internacional, las naciones unidas prohíben el uso de bombas de racimo, pero son las que más se han utilizado en estos últimos 6 años. La mayoría de esas armas fueron fabricadas en los Estados Unidos. Las personas afectadas por los químicos de estas bombas en su mayoría son niños (anomalías congénitas) o mujeres embarazadas. La difteria había sido erradicada en Yemen desde 1982 y reapareció junto con el cólera, cáncer de diferentes tipos, mal formaciones e incluso abortos espontáneos. Los niños mueren de desnutrición diariamente ya que las vitaminas y alimentos que necesitan para crecer no están en Yemen por la guerra. Los hospitales no tienen camas para los enfermos y no hay servicios quirúrgicos que puedan ofrecerse para los civiles. Los hospitales también son un flanco fácil para atacar por parte de los ataques de la coalición saudí, en 2018 bombardeó un hospital en Al Hudayda murieron todos los civiles que se encontraban ahí, incluyendo doctores, niños y enfermos.
“Los rebeldes”, nominados así por el mundo occidente o grupo Ansarolá; conocidos con este nombre en todo Yemen, son apoyados por el pueblo yemení y tienen el control de las operaciones militares. Desde hace 50 años se formó este grupo con el propósito de defender la nación de los saqueos e intereses extranjeros que buscan su beneficio a toda costa, este grupo también le juró lealtad a Irán, los enemigos directos de Arabia Saudí. El motivo por el cual están en guerra es porque tanto Irán como Arabia Saudí tienen diferentes creencias religiosas; a pesar de que ambos pertenecen al islam, hay dos variantes principales con reglas diferentes: El Islam Suní, y el Islam Chiita. Irán apoya directamente a los yemenís “rebeldes” y Arabia Saudí está apoyado por los Emiratos Árabes Unidos e indirectamente por los Estados Unidos, ya que la religión sí es el conflicto, pero lo que hay detrás son petrodólares, muchos petrodólares.
En el mar Rojo, Yemen cuenta con mucho petróleo y gas natural. En toda la región Yemen tiene un lugar estratégico de comercio internacional que llega hasta el puerto de Suez y al mar mediterráneo. Esta guerra es una lucha por las materias primas y una ruta comercial mundial.
Conclusión
Desde inicios de año solo dos barcos con petróleo llegaron a a la costa de Yemen; sin petróleo no hay movimiento, ni luz eléctrica, ni comida, ni trabajo, y aunque las naciones unidas y su programa de alimentos y recaudación de fondos pide ayuda para Yemen, esta ayuda humanitaria no llega en su totalidad.
Opinión de la autora: Podría decirse que internamente pelean por las diferencias en la religión islámica, pero la realidad es que son reservas de petróleo y gas, dos elementos que todo país necesita para sobrevivir. Esta guerra lleva 6 años y a diferencia del caso entre Ucrania y Rusia, pocos países han levantado sus manos para refugiar a las víctimas. ¿Qué hay de Yemen? realmente me parece que no sólo somos racistas, tenemos doble moral.
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