Mis inicios en el mundo monetario se remontan a 1999, cuando estaba en la escuela primaria y mi madre me daba $20 pesos para mi almuerzo durante el recreo (Los noventeros en México sabrán que esa cantidad era más que suficiente para una comida decente en esos tiempos). Todos los días comía lo mismo (Tampoco había muchas opciones, era la primaria), y siempre gastaba la misma cantidad en la alimentación básica: $13 pesos.

Mi madre siempre insistió que no me gastara todo lo que me daba por si algún día se necesitaba, aparte ella sabía los precios de la comida en la primaria, pero siendo un niño adicto al azúcar siempre complementaba mi almuerzo con papas o dulces y terminaba el día en ceros.

Jamás pensé que fuera algo malo o que estuviera cometiendo algún error financiero, después de todo, siendo niño es muy poco probable que te concentres en ello. No me di cuenta de que pude haber hecho más hasta que ocurrió una situación que ocasionó que mi madre se quedara sin un peso a mitad de la semana, lejos aún de la quincena, y en esa misma noche me preguntó si todavía tenía dinero de lo que me había dado. Pensando que me podía regañar por no haberle hecho caso cuando dijo “No lo gastes todo”, le dije que sí, y me quedé sin almuerzo propio en el recreo por dos días. (Creo que cualquiera que lea esto dirá “Te lo mereces por no obedecer a tu madre”. Estoy completamente de acuerdo)

 

Afortunadamente un amigo me compartió la mitad de su sándwich, pero lo que pasó por mi cabeza en ese momento era la revelación financiera más grande que podía tener a mi corta edad: De no haberlo gastado todo, tendría dinero en este momento.

Yo era muy pequeño para comprender el concepto de “Fondo de emergencia”, pero básicamente la idea principal es esa: Evitarte un mal trago durante una emergencia financiera.

 

Como definición formal, el fondo de emergencia es una reserva de dinero que se guarda por separado del resto de tus ahorros y se destina a la prevención de problemas financieros y el pago de gastos no planeados. Esto quiere decir que es una parte de tus ingresos cuyo único propósito es solventar alguna situación o eventualidad que no forme parte de tus gastos habituales. Algunos ejemplos pueden ser comprar otra llanta para el auto porque caíste en un bache y se dañó, reparar la ventana que se rompió en la sala, cubrir una consulta médica con su correspondiente cuenta de farmacia o algún otro similar.



 

Parece un concepto sencillo, pero tiene su chiste. Para empezar, es importante comprender que este ahorro va por separado de los demás, esto significa que, si tienes un ahorro destinado a la compra de una computadora nueva, debes tener un porcentaje destinado para ese ahorro y otro a tu fondo de emergencia.

¿Puedes utilizar el ahorro de tu computadora como fondo de emergencia en caso de una emergencia? Si, pero no es lo idea. Una buena administración financiera también consta de asignar y respetar tus porcentajes de ahorro. Si utilizaras el ahorro que tienes para la computadora en pagar una emergencia, es probable que salgas del problema, pero tengas que comenzar desde $0 para comprar el aparato nuevo, situación que tal vez se pudo evitar de tener un fondo de emergencia disponible.

 

Otro factor importante sobre el fondo de emergencia es que debe ser dinero del que puedas disponer fácilmente. La razón de esto es obvia: Una emergencia financiera va a solicitarte liquidez casi instantánea, así que es imperativo tener ese ahorro de forma que se pueda retirar con facilidad. Una cuenta de banco con Ahorro a la Vista es de las formas más comunes de tener tu fondo de emergencia, puesto que tu dinero estará seguro, se pueden hacer transferencias programadas desde tu cuenta principal para que no tengas que preocuparte por recordar hacer el ahorro manualmente, lo tendrás disponible cuando sea necesario y estará generando un pequeño interés a tu favor, que poco o mucho es mejor a nada.

 

El siguiente factor es definir cuanto debes ahorrar en tu fondo de emergencia. Este puede llegar a ser un poco complicado debido a que, obviamente, no sabemos cuánto va a costar una emergencia, pero sí podemos tener un aproximado muy cercano a esa cifra.

Un fondo de emergencia puede ser un ahorro para todo tipo de eventualidades o para una en específico, así que el monto a ahorrar depende mucho de la emergencia por la cual se está ahorrando. Esto claramente implica que puedes tener más de un fondo de emergencias o uno solo que compile todas las posibilidades.



Algunas de las emergencias financieras más comunes podrían ser las siguientes:

1.- Los deducibles de tus seguros: El deducible es la participación del asegurado en la perdida ocasionada por el siniestro, y tiene como finalidad que el asegurado haga todo lo que esté a su alcance para evitar que acontezca. Tener la cantidad ahorrada para cubrir este monto en tu fondo de emergencia es una excelente opción.

2.- Situaciones médicas no cubiertas por tus seguros: También las que no requieren de su uso. Si tienes un seguro de gastos médicos mayores, dudo mucho que quieras utilizar la suma asegurada para tratar una simple infección estomacal causada por una indigestión, pero de todas formas tiene que tratarse con un médico. Tener un monto que cubra la consulta con tu médico de cabecera y 3 veces más, por el costo de los medicamentos, es una gran idea para estar preparado en caso de emergencias médicas menores.

3.- Daños y servicios no asegurados: Un dicho muy común cuando se habla de seguros es el famoso “Es mejor tenerlo y no necesitarlo que necesitarlo y no tenerlo”, y aunque es algo completamente cierto, contratar todos los seguros disponibles puede llegar a ser contraproducente en tus finanzas. Debido a esto, tener una suma en tu fondo de emergencia que cubra esas eventualidades excluidas en tus seguros también es una buena idea. Entre algunos ejemplos simples a mencionar están el costo promedio de la reparación de plomería, instalación eléctrica simple, el formateo y mantenimiento de tu computadora, el costo de reemplazar una ventana, el mantenimiento de un muro o su reparación por humedad, algún daño por vandalización de tu propiedad o cualquier otra situación que no tengas cubierta por un seguro. Lo recomendable sería que establecieras cual de estas es la más costosa y ahorraras al menos 2 veces más de su costo.

4.- Desempleo o bajos ingresos corrientes: Si tienes la ventaja de la nómina y la gran mayoría de tus ingresos, y por ende tus gastos, dependen de ella, lo peor que te podría llegar a pasar, financieramente hablando, sería quedarte sin empleo. En el caso de que manejes Ingresos Variables las situaciones más perjudiciales son la baja entrada de dinero debido al decremento de las ventas y los cambios radicales que podría haber en tu facturación por factores externos, como las temporadas bajas (La llamada “Cuesta de Enero”, por ejemplo). En cualquier caso, lo importante es estar preparado para lo peor, así que, no importa que tipo de ingresos tengas, la cantidad recomendable a incluir en tu fondo de emergencia es de 4 a 6 meses de tus gastos mensuales. Esto significa que si mensualmente gastas $6000 pesos, tu fondo de emergencia por desempleo o bajos ingresos debería ser entre $16mil a $24mil pesos.

 

Por último, pero no menos importante, es necesario entender y respetar cuando debe usarse el fondo de emergencia. El nombre de este ahorro es la clave para ello. El monto que guardas debe ser utilizado solamente en situaciones o eventualidades que no tengas contempladas que pasen. Podrías considerarlo como tu propio seguro personal, y justamente por eso se le debe destinar una cobertura (O varias) y un momento de uso.

Un ejemplo para darte más claridad en este argumento es el siguiente: Si tu perro se rompió la patita y necesita una cirugía, está completamente justificado el uso de tu fondo de emergencia al cumplir con el objetivo de cubrir el costo de una eventualidad, pero si te robaron las llantas del auto y manejas un seguro de cobertura amplia contra robos cuyo deducible es mínimo o nulo, ocupar tu fondo de emergencia para reemplazar la pérdida de tus llantas podría ser una terrible decisión financiera.

 

Para finalizar, quisiera recalcar que el fondo de emergencia es un tipo de ahorro, así que no es necesario que juntes la cantidad necesaria para estar preparado en caso de calamidad de la noche a la mañana. Tienes que asignarle un porcentaje de tus ingresos mes con mes que no afecte el pago de tus gastos corrientes ni el progreso de otras metas. Personalmente considero que el fondo de emergencia debería ser el primer ahorro en recibir un porcentaje de tus ingresos, puesto que es tu seguro personal contra los posibles problemas financieros por situaciones no previstas, pero eso no significa que todo el remanente de tus ingresos deba irse al fondo de emergencias hasta estar preparado para todo. Si quieres tener más información, puedes usar el link para ir a la publicación sobre El Ahorro.

 

¿Tienes algún método personal para ahorrar tu fondo de emergencia? ¡Compártelo en los comentarios!



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