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Crisis y emprendimiento en tiempos de pandemia

Por Mauricio A. Murad

¿Qué se necesita para tener éxito? ¿Una buena idea o una buena oportunidad?

Cuando lo piensas detenidamente, es una pregunta complicada.

De un lado tenemos gente como Reed Hastings, fundador de Netflix, quien disfruta contar una anécdota acerca de como tuvo que pagar más del triple del valor de renta de una película debido a una multa por regresarla tarde, por lo cual empezó a pensar en una forma más amigable de renta para el usuario. Y aunque su socio después reveló que la historia real solo consiste en que tenían que transbordar múltiples veces para devolver la película y que el problema era que no querían hacerlo por pereza, el punto de ambas historias es el mismo: Tiene que haber una mejor forma de hacer esto.

También tenemos a Kevin Plank, quien estaba quebrado cuando se le ocurrió la marca de ropa deportiva Under Armour, e hizo los primeros prototipos en el garaje de su abuela. Kevin era en ese entonces un jugador de futbol americano en la universidad de Maryland, frustrado porque la tela de sus camisetas debajo de su jersey lo hacía sudar demasiado, puesto que no lo mantenían tan fresco como necesitaba, pero un día cualquiera notó que las mallas de su uniforme se mantenían secas, lo que lo llevó a pensar en crear una camiseta de algún material sintético que absorbiera la humedad.

Su marca fue un éxito casi inmediato, a tal grado que un año después de su fundación estaba abriendo su primera fábrica en Ohio y 3 años después la Warner Bros. lo contactó para fabricar el vestuario de dos películas. Actualmente Under Armour es patrocinador oficial de los mejores jugadores en varios deportes y ha facturado más de mil millones de dólares, y todo esto comienza con un chico de 23 años harto de sudar.

Del otro lado tenemos personajes como Shaquille O’Neil, con su inversión a ciegas sobre Google cuando estaba en el hotel Beverly Hills y escuchó a dos hombres hablando sobre motores de búsqueda en internet, de la cual dijo no haber comprendido todo, pero le interesó mucho el concepto. O como Sean Parker, que se enteró sobre Facebook por ver la página abierta en la computadora de su novia, y teniendo experiencia en las redes sociales, decidió contactar a Mark Zuckerberg para ayudarlo a llevar la red social de un mero proyecto universitario a una empresa real. Lo que estos dos protagonistas comparten es que estuvieron en el momento y lugar correctos.

Para tener éxito, también se requiere preparación, intuición y un puñado de buena suerte, pero entre tener una buena idea o una buena oportunidad, nos gusta creer que se trata de una equitativa combinación de ambas, pues fue justo lo que empezó este equipo.

La historia comienza a mediados del 2020 gracias a la contingencia causada por el COVID-19, que, como todos sabemos, terminó frenando (e incluso paralizando) las economías de muchísimos sectores a nivel global, ocasionando grandes cifras de desempleo y el cierre de muchas empresas por el cese de operaciones no esenciales. Y aunque indiscutiblemente esto fue toda una calamidad, la creatividad y la resiliencia humana se hicieron presentes de todas las formas posibles, abriendo múltiples nuevos negocios y diferentes emprendimientos enfocados a utilizar la pandemia como un arma para generar nuevos ingresos en vez de una desgracia apocalíptica. Uno de los sectores que más se popularizaron gracias al COVID-19 fueron las inversiones y las finanzas, pues mucha gente empezó a investigar sobre nuevas formas de generar ingresos pasivos desde la comodidad de su hogar.

Esto fue lo que llevó a un inversionista novato y a un economista experimentado a conocerse en un grupo de Telegram en primavera del 2020, de lo que planteaba ser un proyecto con criptomonedas novedoso y lucrativo. La inversión conjunta: 32 dólares y 47 centavos.

Pasaron los meses y desgraciadamente el proyecto estuvo lejos de siquiera empezar: a pesar de contar con un programador muy experimentado que hizo avances similares a milagros en tiempo récord, la falta de constancia del equipo fundador y la carencia de actualizaciones y noticias terminaron por convertir ese grupo de Telegram en un punto de reunión social en vez de un canal oficial de un proyecto de inversión. Pero durante ese mismo tiempo el mencionado economista ya había tenido conversaciones, entre ambiguas y enfocadas, con una administradora de proyectos que ya conocía de tiempo.

Hartos de que el contenido de poca relevancia y bajo valor cultural fuera de los más vistos de todo internet, se planteaban la idea de crear algo que aportara al emprendimiento, la creatividad, la cultura, el aprendizaje y muchos otros temas, y sobre todo que apoyara a los creadores de contenido de estos mismos. Y un buen día salió un nombre que convenció a ambos: La Biblioteca de Alexandría.

Emocionados por empezar, planearon los primeros pasos sin mucho detalle y como un secreto, hasta que el ya mencionado inversionista novato envía un mensaje privado por Telegram a nuestro animado primer personaje, preguntando si quería levantar un proyecto en conjunto, tanto para hacer empresa en el país como para sacudirse el mal sabor de boca de sus perdidos $32.47. Este acepta pensando que serán dos proyectos aparte, cosa que cambió cuando el creador de esta segunda idea sugirió nombrar el proyecto “Hypatia”, haciendo referencia a Hypatia de Alejandría, una de las primeras científicas y maestra de prestigio en la escuela neoplatónica y cuyo padre era profesor en La Biblioteca de Alejandría, con quien se piensa que colaboró en varias aportaciones.

La coincidencia era demasiada para ser ignorada: la propuesta para expandir el equipo no se hizo esperar, y fue una decisión que siguió avanzando sobre las carencias que teníamos para culminar en nuestro equipo actual.

Conoce al equipo

 

Crisis y emprendimiento en tiempos de pandemia

Mauricio A. Murad – Director ejecutivo y redactor

Mauricio es un ser sarcástico en los momentos menos apropiados, con un motor que funciona con cafeína, nicotina y humor negro, aunque también tiene corazón de pollo y siempre busca el bien común, el beneficio mutuo y enseñar al mundo que las cosas se pueden hacer diferente cuando te esfuerzas por ello. “Disciplina mata talento” es su frase favorita.

Vivió su infancia en Cardel, Veracruz, donde los sapos eran más altos que él, y dónde tuvo la oportunidad de ver la magia que esconde el ver las plantas crecer. Desde pequeño ha tenido una pasión incontenible por entender cómo funciona el mundo, tenía un gusto particular por desarmar objetos para comprender su funcionamiento, aunque nunca los pudo poner a funcionar nuevamente (no lo juzguen, tenía 7 años). Su juguete favorito y gran tesoro siempre han sido los bloques de Lego, lo único que podía unir y separar sin afectar alguna parte de su hogar. Aún conserva una cubeta de Legos de 600 piezas, posiblemente incompleta pero igual de atesorada.

Su necesidad de crear y aprender lo llevó por caminos insospechados a través de los años: paso de querer ser arquitecto, a tomar cursos de gastronomía, escultura, pintura y hasta de terapia con Reiki. Con el acontecer del tiempo, sus intereses se vieron inclinados al arte digital, pero también a la economía, las finanzas y los negocios, donde; a causa de una estafa piramidal, conoció el mercado de divisas en 2014. Ser víctima de un fraude no lo hizo desistir, sino que lo motivó a hacer Trading en Forex y estudiar los activos digitales por el resto de su vida, se enfocó al análisis de tendencias macroeconómicas, inversiones en plataformas digitales, finanzas personales y empresariales. En el proceso de aprendizaje ha multiplicado y desaparecido capital como cualquier, pero actualmente se encuentra en el punto de estabilidad con sus cuentas.

Crisis y emprendimiento en tiempos de pandemia

Itzel Rosas – Administradora de proyectos y redactora

Le dicen Itz, pero en sus redes sociales se nombra Andrómeda, personaje de la mitología griega al que se le suele dar el significado de “Mujer que todo lo puede”. Ella cree firmemente en el potencial femenino para lograrlo todo, tiene la completa certeza que, si crees en ti mismo y trabajas arduamente, cualquier cosa que sea tu sueño puede ser una realidad.

Chilanga de nacimiento, jarocha por afinidad, residente de Düsseldorf, Alemania, Itzel es un alma inquieta, cubierta de piel apiñonada, cabello rizado, ojos grandes y oscuros, con una sonrisa llena de vida y una batería que parece no agotarse nunca (Lo hemos notado más de una vez). Es participante en programas de intercambio y voluntariado, trabajadora de medio tiempo, eterna estudiante y practicante de violín y fotografía

Nació en el Distrito Federal, pero creció moviéndose entre Veracruz y Puebla, identificándose más como veracruzana. A los 18 años partió de su hogar en búsqueda de su propio camino, entró a estudiar en el Instituto Nacional de México, consiguiendo una beca deportiva y ganándose el sustento trabajando medios turnos o de manera temporal, incluso como staff en un campamento de verano para niños judíos en Pennsylvania. En 2019 se tituló como administradora, en 2020 consiguió una beca en la escuela de negocios de Barcelona en la modalidad online y no deja de prepararse, no solo académicamente, sino de manera personal, afrontando sus habilidades y carencias junto a sus ángeles y demonios, procurando al mundo empezando por ella misma, seguir aprendiendo para aportar soluciones reales sin dejar nada al azar.

A partir de Enero del 2023, Itzel dejó de formar parte de este proyecto, pero su arduo trabajo y esfuerzo pusieron una piedra angular en lo que somos el día de hoy. Sus excelentes aportes, conocimiento, carisma, fortaleza, ideas y tiempo crearon parte de los primeros pasos que hicieron avanzar a La Biblioteca de Alexandría de la forma en la que lo hizo, causó un impacto muy importante tanto en el proyecto como en el equipo, grupal e individualmente, y de parte de todo el equipo fundador, queremos agradecerle con toda el alma por todo lo que hizo por nosotros. Parte del éxito que tuvimos hasta antes de su salida siempre merecerá reconocimiento y valoración hacia Itzel.

Itzel, de todo corazón te damos las gracias por creer en este proyecto desde el primer día y por apoyarnos en cada paso dando más allá en cada día, artículo, risas, ideas, juntas y progreso. Te deseamos lo mejor, ardilla hiperactiva.

Crisis y emprendimiento en tiempos de pandemia

Jorge A. Murad – Director de calidad y edición

Jorge tiene una marcada tendencia a sobre analizar, pero un ojo de águila para los detalles, junto con un fuerte interés por la literatura y la prosa desde joven; devorador de libros desde que aprendió a leer y con la firme intención de escribir y publicar una novela. Es práctico, reservado e introvertido, pero su forma de explicar las cosas es única, y siempre encontrará la manera de hacerte reír con el tema en cuestión gracias a su pasión y su inigualable humor (Y aunque no lo quiera admitir, es sarcásticamente pasivo-agresivo en más de una ocasión)

Además de ser un lector asiduo se le facilita el aprender lenguas, cualidad que le ha abierto muchas puertas, dándole la oportunidad de fungir como intérprete médico, posición que le permite ayudar a muchos paisanos que viven en países angloparlantes, que de otra manera no tendrían recursos o guías suficientes para obtener los cuidados médicos que necesitan.

Nació y creció en Puebla capital, con breves periodos de estadía en el indómito norte del país y Veracruz, aunque actualmente vive en su ciudad natal junto a su cónyuge, con quien trabaja en conjunto para conseguir sus metas. Sueña con continuar su trayectoria como traductor independiente, facultándose también en áreas legales y comerciales. No busca de fama o fortuna desmesurada, sino paz mental y libertad suficiente para hacer lo que se propone.

Jonathan Galaz – Director de TI

Jona es originario de Sonora, egresado de la Ingeniería en sistemas, quien además de su título, ha aprendido de manera autodidacta Diseño UI/UX. Introvertido, dedicado, amante de la vida, de la música y de la buena comida, el cual destaca sobre muchos otros de sus gustos (Lo que financieramente nos preocupa, porque alimentarlo es todo un reto).

Ha trabajado con instituciones gubernamentales a nivel estatal, pero también ha participado en proyectos a nivel nacional como son “Magníficos de la limpieza” y “La casa del suple”, y por si eso fuera poco, tiene experiencia a nivel internacional, pues ha desarrollado aplicaciones móviles y sitios web en Colombia y Estados Unidos. Un talento nacido en Tierra Azteca, pero con alcance más allá de nuestras fronteras. De los logros que más lo enorgullecen es haber creado un sistema de comercio de escasos recursos, y aportar su granito de arena a un sector tan descuidado como lo es el campo y la agricultura.

Dentro de sus talentos, el Marketing y el Branding son temas que domina, y espera seguir creciendo profesional y personalmente para formar su propia compañía de desarrollo de videojuegos, de los cuales es fanático.

Iván Zermeño – Director de mercadotecnia y redactor

Iván Zermeño, oriundo y residente de la Ciudad de México, proveniente de una familia tan disfuncional como cualquier otra. Esposo de una “neni” (término que hace referencia a un nuevo tipo de emprendedora por internet), que, aunque es maestra de profesión, decidió dejar las aulas y darles tiempo a sus 2 pequeñines, sacrificio que repercutió en su economía familiar, pero que él agradece enormemente. También tiene una hija de su primer matrimonio.

Un hombre lleno de contrariedades. Perteneciente a la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, asume las escrituras de manera más bien simbólica, creyente del amor romántico, aunque considera que se requiere más para que una relación funcione. Defiende la libertad personal, pero también es un fiel creyente del poder colectivo.

Aborrece la discriminación peyorativa y en sus ideales base la empatía debe predominar, ante todo. Es amante el humor negro, la sátira y el sarcasmo (Por supuesto que tenía que amar el sarcasmo)

Más de la mitad de su vida se ha dedicado a la investigación de mercados, y su impetuosa y multidisciplinaria filosofía lo ha hecho tener más oficios de los que su memoria puede retener. Desde vender botanas en el salón de clases en la primaria hasta emprendimientos vendiendo playeras, películas en DVD, tacos e incluso joyería de plata, y trabajos como: mesero, cacharpo, vendedor por cambaceo y de piso, “saca-borrachos”, elevadorista, vendedor de seguros y de servicios en investigación de mercados, entre otras tantas cosas. La vida laboral le ha permitido conocer gran parte de la república mexicana, lo que lo ha hecho moverse en distintos círculos y a su vez, poder descubrir diferentes puntos de vista en relación con la manera en que funciona el mundo.

Como bien dicen, nada que sea bueno es fácil, y nuestro comienzo en este proyecto definitivamente no lo fue. Tuvimos momentos de crisis, problemas de disciplina, errores técnicos severos y una tremenda falta de café; Aún así, pudimos poner bases establecidas, coordinar y calibrar nuestros procesos y seguir en ruta de levantar el proyecto.

Nuestro pegamento social es el sarcasmo y el humor irreverente, pero lo que nos mantiene juntos es el hambre de conocimiento y constante aprendizaje, algo que queremos aportar a este mundo a través de la [Nueva] Biblioteca de Alexandría como empresa. Nuestros objetivos comienzan con ser el blog de mayor contenido de valor intelectual, cultural y artístico, y seguirán creciendo hasta convertir este proyecto en el mayor centro de difusión del conocimiento para hacerle honor a su nombre y a nuestras creencias.

Nunca dudes que un pequeño grupo de ciudadanos pensantes y comprometidos pueden cambiar el mundo. De hecho, son los únicos que lo han logrado.

Margaret Mead


Enlaces externos:

https://bigjoe.es/historia-under-armour/

https://verne.elpais.com/verne/2018/02/28/articulo/1519808873_165715.html

https://www.mediotiempo.com/basquetbol/nba/shaquille-o-neal-el-dia-que-invirtio-en-google-por-estar-de-ninera

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